Es curioso como dentro del universo somos pequeñas hormiguitas que nos vamos encontrando unas con otras estableciendo lazos, algunos largos, otros más cortos, algunos de seda, otros de esparto, amarillos, rojos, verdes…cada uno diferente, especial y único. A veces parece que el lazo hecho, ya se hizo anteriormente, quizás era violeta y ahora es en tono anaranjado. Importante el color y el material.
Estos lazos a veces se rompen, pero siempre queda un hilito, aunque sea muy fino atado a ti..quizás en el meñique, en una rodilla, en una pestaña…pero atado a ti y cuando recuerdas el inicio del trocito de tela ésta vibra y resurge algo en ti, positivo o negativo, no lo se, son conceptos que no me gusta mencionar porque creo que en la sociedad en que vivimos están distorsionados.
La negatividad… qué es? El dolor? La envidia? La rabia? Pero es negativo? O nos da pistas para aprender, para saber que es lo que no es el dolor, que es lo que no es la rabia o la envidia…si conoces un polo es porque has sentido éste y su contrario…por tanto registrado está y a partir de ahí decides con cual te quedas. Decisión. Qué palabra.
El dolor…en la sociedad en que estamos se aguanta poquísimo el dolor. Enseguida se soluciona con una pastillita, si éste es físico o poniendo parches, si es emocional… pero el dolor da pistas, es una manera de aprender, de evolucionar, de crecer…al fin y al cabo para eso estamos aquí, para aprender al máximo antes de morir y de esta manera seguir el curso de la energía que hay en ti. Almenos así lo creo yo y es lo único que me convence de todo lo que he escuchado, leído y sentido. Un profesor nos dijo…”el dolor es liberación”. En aquel contexto tenía mucho sentido. También gracias al dolor, sabemos lo que es sentirse bien.
¿Me fui por las ramas? Quizás si…pero y qué? No me gustan las cosas estructuradas, me gusta que fluyan y es algo que intento aplicar en el día a día.
